La primera vez que supe sobre la seda, fue en una de mis clases de diseño de interiores en la universidad. Recuerdo haber quedado fascinada por la suavidad y el lujo que emanaba de esa tela brillante. Pero lo que más me atrapó fue la historia detrás de su creación, una historia que tiene miles de años y que, de alguna manera, se entrelaza ahora con mi rutina diaria de cuidado de la piel y el cabello.
El Descubrimiento de la Seda: Un Tesoro de la Antigua China
Siempre he sido curiosa por naturaleza, y una vez, después de un largo día de trabajo, mientras Ignacia y Martín (mis hijos) hacían tareas en la mesa, me encontré leyendo sobre el origen de la seda. La leyenda dice que, hace más de 4,000 años, la emperatriz china Leizu descubrió la seda cuando un capullo de seda cayó en su taza de té. Al intentar sacarlo, el capullo comenzó a desenredarse en un hilo fino y brillante, revelando la fibra de seda que se convertiría en uno de los bienes más valiosos y secretos mejor guardados de China.
Me quedé maravillada pensando en esa escena, casi como si pudiera imaginarme a Leizu, sorprendida, sosteniendo un hilo tan delicado y, sin embargo, tan fuerte. Desde entonces, la seda fue un símbolo de lujo y poder, accesible solo para la realeza y los ricos. Y claro, como amante del diseño y las historias que encierran los materiales, esto despertó mi admiración por la seda.
El Lado Oscuro de la Seda Convencional
Sin embargo, mientras profundizaba más en la historia de la seda, descubrí que no todo era tan deslumbrante. La producción de seda convencional ha estado envuelta en prácticas que, para una mujer que valora la ética como yo, resultan inquietantes. Durante siglos, la seda se obtenía sacrificando millones de orugas del gusano Bombyx mori, ya que el proceso requería que los capullos fueran hervidos con las orugas aún dentro para que los hilos permanecieran intactos. Algo que, honestamente, me dejó un sabor amargo en la boca.
Imagínate, estaba yo una tarde en mi estudio, planificando un proyecto para un cliente, cuando Martín se acercó preguntándome sobre las mariposas para su proyecto escolar. Mientras le explicaba sobre los gusanos de seda y la metamorfosis, no pude evitar sentir una punzada al pensar en cuántas de estas pequeñas criaturas no llegan a transformarse en mariposas debido a la producción de seda convencional.
La Transición hacia una Belleza Más Ética y Sostenible
Pero, como todo en la vida, la innovación y la conciencia nos llevan a mejores caminos. La industria de la belleza ha dado un giro significativo al descubrir formas más sostenibles y éticas de utilizar la seda. Hoy en día, las proteínas de seda que se usan en productos cosméticos, como en la crema Antiage de Be Moryx, provienen de capullos ya eclosionados, lo que permite que las orugas sigan con su ciclo de vida y se conviertan en mariposas. Este proceso, aunque más laborioso, es más respetuoso con la vida y el medio ambiente.
Ahora, cuando aplico mi crema Antiage cada mañana y cada noche, no solo siento que estoy nutriendo mi piel con lo mejor que la naturaleza ofrece, sino que también lo estoy haciendo de una manera que resuena con mis valores. La proteína de seda hidrolizada, que es un ingrediente clave en la crema, no solo mantiene mi piel hidratada, suave y radiante, sino que también respeta el ciclo natural de las orugas. Es un pequeño lujo que me doy, sabiendo que estoy haciendo lo correcto.
Proteína de Seda: Un Secreto para la Piel y el Cabello
En mi rutina diaria, la seda ha encontrado su lugar tanto en mi piel como en mi cabello. No tengo tiempo para productos complicados; entre diseñar, gestionar la casa, y las reuniones familiares, mi día está completamente ocupado. Pero me he asegurado de incluir el Scrunchie de seda cruda en mi rutina nocturna. Lo uso cada noche para recoger mi cabello antes de dormir, y he notado cómo ha reducido el frizz y ha mantenido mi cabello suave y brillante. Es una pequeña inversión en mi bienestar que vale cada centavo.
Y no puedo olvidar el guante exfoliante de seda cruda. Cada vez que lo uso, siento cómo mi piel se renueva, eliminando las células muertas y dejando una suavidad que me recuerda a esas delicadas telas que tanto me gustan. Este ritual, aunque breve, se ha convertido en un momento de paz para mí, un momento para cuidar de mí misma en medio del caos diario.
Un Enfoque Consciente hacia la Belleza
Lo que más me gusta de Be Moryx es su enfoque consciente y ético hacia la belleza. Me siento bien sabiendo que los productos que uso no solo me benefician a mí, sino que también respetan la vida y el medio ambiente. Y si tú, como yo, valoras la calidad y la sostenibilidad, te invito a que pruebes la crema Antiage, el guante exfoliante o el Scrunchie de seda cruda. Estoy segura de que te enamorarás de ellos tanto como yo.
Cada vez que miro hacia atrás, me doy cuenta de que nuestras decisiones, por pequeñas que parezcan, tienen un impacto. Y optar por productos que respeten tanto nuestra piel como el planeta es un paso en la dirección correcta. Así que, si aún no has probado los productos de Be Moryx, ¡este es el momento perfecto para comenzar a cuidar tu piel y cabello con el lujo y la conciencia que mereces!
Espero que hayas disfrutado este pequeño viaje a través de la historia y los beneficios de la seda tanto como yo. Si te apasiona el cuidado de la piel y buscas mantenerte al día con consejos, productos innovadores y más historias sobre cómo vivir con belleza y conciencia, te invito a seguir el blog de Be Moryx. Juntas podemos descubrir nuevas formas de mimarnos y cuidar de nuestra piel con productos que realmente marcan la diferencia. ¡Nos leemos pronto!
Magda.
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